¿Habrá un rapto antes de la tribulación?

Muchos se preguntan: “¿Estaré listo cuando Cristo regrese?”

Otros dicen: “No me preocupan los tiempos finales. Ya no estaré aquí. Me habré ido en el rapto.”

¿Y usted? ¿Espera que Cristo lo arrebate antes de que comience la gran tribulación?

Veamos lo que dice la Biblia acerca de un rapto.

En primer lugar, usted debe saber que la palabra rapto no está en la Biblia. Sin embargo, 1 Tesalonicenses 4:17 menciona un momento en que los seguidores de Cristo serán “arrebatados” y se encontrarán con Jesucristo en el aire.

Este es el pasaje:

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (1 Tesalonicenses 4:15-17)

Observe la secuencia:

  1. Jesús desciende del cielo cuando se toca una trompeta
  2. Los “muertos en Cristo” resucitan primero
  3. Luego, los elegidos que estén vivos son arrebatados con ellos en las nubes

Esto podría sonar como una buena manera de escapar de la gran tribulación. Pero ¿cuándo sucederá esto?

Encontramos el momento exacto en 1 Corintios 15:51-52:

He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta. Porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Es evidente que se trata del mismo evento. Se toca una trompeta. Los fieles que han muerto resucitan, y los elegidos que estén vivos son transformados en seres inmortales.

Fíjese que esto sucederá “a la final trompeta”.

La Biblia describe siete trompetas que tocarán siete ángeles durante el Día del Señor (Sofonías 1:14-16; Joel 2:1; Apocalipsis 8; 9; 11:15-19). En la lección anterior, usted vio que la última trompeta, la séptima trompeta, se tocará al final del Día del Señor, un año después del final de la gran tribulación.

El pueblo elegido por Dios no será trasladado al cielo durante la gran tribulación.

La primera resurrección sucederá en la última trompeta, al final del Día del Señor (1 Corintios 15:51-52). En la lección 10, aprenderá que los que se encuentren con Cristo en las nubes en ese momento no se quedarán en el cielo. Pocos días después regresarán a la tierra con Jesucristo (Apocalipsis 19:14; Zacarías 14:5), y vivirán y reinarán en la Tierra con Jesús (Apocalipsis 5:10; Zacarías 14:9; Daniel 7:27).

La idea de que los cristianos serán arrebatados al cielo donde permanecerán para siempre no está en la Biblia. El rapto es una enseñanza de los hombres, no es una bíblica. ¡Lea todos estos pasajes bíblicos cuidadosamente y compruebe por usted mismo lo que dice la Biblia!

(Si sigue confundido, por favor lea: ¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo: “Uno será tomado, y el otro será dejado”?)

¿Significa eso que los fieles seguidores de Cristo deben sufrir la gran tribulación? De ningún modo. Dios protegerá a algunos cristianos durante la gran tribulación— pero no en el cielo.

Un lugar seguro

La Biblia muestra que Dios protegerá a un grupo específico de cristianos durante tres años y medio. Ellos irán a un lugar seguro en la Tierra, no en el cielo.

Preste atención a lo que Cristo les dijo a sus seguidores en Mateo 24:15-21:

“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

Sí, hay una manera de escapar. Pero los que escapan no deberían esperar ser trasladados al Cielo. Tienen que abandonar su hogar. Tienen que huir y dirigirse a un lugar de la Tierra donde Dios los protegerá.

¿Quiénes estarán protegidos?

Observe la promesa de Cristo en Apocalipsis 3:10:

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

Y la misma promesa, en Mateo 24:13: “Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.”

Los seguidores de Cristo que perseveren hasta el fin escaparán a un lugar seguro en la Tierra antes de que comience la gran tribulación.

¿Qué significa “perseverar hasta el fin”?

Cuando se abra el primer sello, un falso cristianismo llegará al poder (Apocalipsis 6:1, 2; Mateo 24:4, 5). Este falso cristianismo perseguirá a la verdadera Iglesia de Dios (Mateo 24:5-12).

Dios utilizará este período de persecución antes de la gran tribulación para probar a quienes dicen seguirlo.

  • Muchos simplemente se unirán al falso cristianismo que crecerá en poder y popularidad.
  • Otros discretamente se guardarán las creencias para sí, tratando de evitar la persecución.
  • Algunos se pondrán de pie y proclamarán audazmente el verdadero evangelio al mundo durante este tiempo de persecución (Mateo 24:14).

¿A quién protegerá Dios? Quienes no se avergüenzan de lo que creen, que perseveran en la predicación del Evangelio hasta el final, serán rescatados (Mateo 24:13, 14). Han superado la prueba. Han demostrado su fe.

Note lo que Jesús dijo en Marcos 8:35, 38:

“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará… Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”

Debemos estar dispuestos a perder la vida por Cristo y su evangelio. Si a Cristo le mostramos que seguirlo es más importante que salvar nuestra vida, él nos salvará.

Los que no pasen esta prueba antes de la gran tribulación—los que eviten compartir el evangelio por miedo a la persecución—deben volver a pasar la prueba de la gran tribulación.

Vemos que estos dos grupos de cristianos se mencionan en los libros de Apocalipsis y de Daniel.

Apocalipsis 2 y 3 contiene cartas cortas a siete iglesias. Estas son cartas proféticas, que predicen siete etapas de la Iglesia de Dios a lo largo de los siglos. Por ejemplo, Apocalipsis 2:10 dice que la iglesia en Esmirna tendrá “tribulación por diez días”. Esto predijo la gran persecución romana de los cristianos que duró diez años, de 303 al 313 d. C.

Las dos últimas etapas de la Iglesia son Filadelfia y Laodicea.

Los cristianos de Filadelfia cumplen las instrucciones de Cristo, no niegan su nombre, y pasan por las puertas que Cristo abre para predicar el evangelio (Apocalipsis 3:8; comparar con 2 Corintios 2:12). A estos cristianos se les promete protección durante la gran tribulación (Apocalipsis 3:10; Daniel 12:12).

Los cristianos de Laodicea son tibios, faltos de celo, orgullosos, presumidos y ciegos a su propio estado espiritual (Apocalipsis 3:14-17). Laodicea representa la condición de la mayoría de la iglesia de Dios en el tiempo del fin. Jesús afirma que él los vomitará de su boca y los probará en el fuego (Apocalipsis 3:16-18; Daniel 12:10). ¿Por qué? Porque “yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:19).

Jesucristo permitirá que algunos de sus seguidores pasen por la gran tribulación, por su propio bien. Quiere que sean serios, que superen su orgullo y que dejen de avergonzarse de él para poder recompensarlos con la vida eterna cuando regrese. Estos cristianos serán los mártires que darán testimonio al mundo durante la gran tribulación (Apocalipsis 6:9-11).

La mujer de Apocalipsis 12

Vemos que estos dos grupos de cristianos—uno que va a un lugar seguro y otro que no—se vuelven a mencionar en Apocalipsis 12.

Apocalipsis 12 describe a “una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas” (versículo 1). Esta mujer representa al pueblo escogido de Dios, Israel (ver Génesis 37:9). Esta mujer dio a luz a un Hijo, quien representa a Jesucristo, que nació de la tribu de Judá.

Después del nacimiento de Cristo, la profecía se enfoca principalmente en la iglesia de Dios. La Biblia también describe a la iglesia de Dios como una mujer (Efesios 5:22-32) y la llama “el Israel de Dios” (Gálatas 6:16). La nación de Israel es un tipo profético de la iglesia. El pueblo de Israel es el descendiente físico de Abraham, y los que pertenecen a la iglesia de Dios son los hijos espirituales de Abraham.

Después de que Jesucristo ascendió al cielo, la mujer huyó al desierto por 1.260 días (Apocalipsis 12:6). Esto predijo un período de 1.260 años cuando los seguidores de Cristo (la iglesia) tuvieron que huir a lugares remotos para evitar la persecución.

¿Cuándo sucedió esto?

La Biblia muestra que, unas pocas décadas después de la muerte de Cristo, se infiltraron falsos maestros en la Iglesia (Hechos 20:29-31; 2 Corintios 11:13-15; 2 Pedro 2:1). Estos maestros enseñaban a un Jesús diferente y un evangelio diferente (Gálatas 1:6-9; 2 Corintios 11:4). Como resultado, quienes se llamaban cristianos comenzaron a dividirse en muchos grupos.

Si usted examina los escritos de los primeros “padres de la iglesia”, verá que algunos de ellos añadieron nuevas enseñanzas al “cristianismo” y descartaron muchas de las enseñanzas de Jesucristo y los apóstoles. Con el tiempo, quienes se aferraron a las enseñanzas de las Escrituras llegaron a ser una minoría entre quienes se consideraban cristianos. Este es un claro hecho de la historia.

Cuando Constantino asumió como emperador del Imperio Romano, comenzó a instaurar el cristianismo como la religión favorita del imperio. Constantino no estaba satisfecho con las muchas divisiones entre los que se llamaban cristianos, por lo que en 325 d. C. celebró el Concilio de Nicea para resolver las controversias sobre la doctrina y la práctica. Los temas principales que se discutieron fueron la naturaleza de Dios y si los cristianos deberían guardar la Pascua el día 14 del primer mes del calendario hebreo, como los judíos, o si los cristianos deberían guardar el Domingo de Pascua. El concilio resolvió estas dos cuestiones y estableció las enseñanzas oficiales de la Iglesia Romana en muchos otros temas. Declararon que todas las demás creencias eran herejías.

Constantino hizo de este cristianismo romano unificado la religión oficial del imperio. La Iglesia Romana ahora tenía el apoyo de los ejércitos del Imperio Romano, que comenzaron a perseguir a los que no eran cristianos, a los judíos y a todas las sectas del cristianismo que no aceptaban las decisiones del concilio. Durante los siguientes 1.260 años, Europa estuvo dominada por una religión oficial. No había libertad religiosa. La gente no era libre de disentir de las enseñanzas de la religión auspiciada por el gobierno. Es más, ¡ni siquiera se le permitía tener una Biblia o leerla!

El primer paso hacia la restauración de la libertad religiosa se dio en 1579, cuando las provincias septentrionales de los Países Bajos firmaron la Unión de Utrecht. En este tratado, acordaron apoyarse mutuamente en su lucha contra sus gobernantes españoles y defender la libertad religiosa para todas las personas. En 1581, las Provincias Unidas declararon su independencia de España. La caída de Amberes en 1585 marcó el punto de inflexión en su lucha por la libertad religiosa. Sorprendentemente, los españoles—que no permitían ninguna libertad religiosa—dieron a los protestantes de Amberes cuatro años de tolerancia antes de que tuvieran que irse.

Finalmente, en 1585, después de un período de 1.260 años de persecución, quienes discrepaban de la iglesia oficial podían encontrar la libertad religiosa en los Países Bajos. La mayoría de los protestantes de Amberes emigraron hacia el norte, a Ámsterdam. Muchos judíos también emigraron a los Países Bajos para escapar de la persecución. Los Países Bajos se convirtieron en el primer refugio de la libertad religiosa al ponerle fin al período de 1.260 años sin libertad religiosa predicho en Apocalipsis 12:6.

En 1598, el Edicto de Nantes garantizó la tolerancia religiosa en Francia. La libertad religiosa en Norteamérica comenzó en 1636, con la fundación de Rhode Island. La Ley de Tolerancia de 1689 concedió la libertad religiosa en Inglaterra.

Desde 1585, siempre ha habido un lugar donde la gente pudo estudiar la Biblia por su cuenta y seguir sus enseñanzas sin ser perseguida. La mujer de Apocalipsis 12 ya no tuvo que huir al desierto para evitar la persecución.

La iglesia del tiempo del fin

La libertad religiosa que hoy existe en muchos lugares volverá a desaparecer en el tiempo del fin.

Apocalipsis 12:7-12 especifica que Satanás y los demonios intentarán derrocar a Dios. Ellos perderán esta batalla y serán arrojados a la Tierra poco tiempo antes del fin del mundo (versículo 12). Una vez que esto suceda, habrá un cambio repentino y dramático en el mundo. Satanás y los demonios obrarán por medio de líderes políticos, religiosos y militares en un esfuerzo por exterminar a los descendientes físicos y espirituales de Abraham. La libertad religiosa inmediatamente llegará a su fin, y ya no será posible predicar el evangelio (Mateo 24:14; Amós 8:11-12).

Ya hemos visto que algunos de los seguidores de Cristo escaparán a las colinas 30 días antes de la gran tribulación (Mateo 24:15-20; Daniel 12:11). ¿Y luego qué?

Apocalipsis 12:14-16:

Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.

Esta profecía utiliza símbolos que se explican en otras partes de la Biblia:

  • Las “alas de águila” se refieren a la protección divina y la guía durante el escape (Éxodo 19:4)
  • La “serpiente” es Satanás, el diablo (Apocalipsis 20:2)
  • El “río” representa un ejército (Jeremías 46:7-9)

Algunos de los seguidores de Cristo escapan de un ejército y van a un lugar deshabitado donde son protegidos y alimentados durante 3 años y medio. Pero los cristianos orgullosos y tibios de Laodicea (Apocalipsis 3:16-19) no escaparán a este lugar seguro. Satanás perseguirá a estos cristianos restantes durante la gran tribulación y el Día del Señor:

Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo (Apocalipsis 12:17).

Parte de la Iglesia de Dios debe pasar por la gran tribulación para ser refinarse y prepararse para la primera resurrección (Daniel 12:10; Apocalipsis 3:18).

Para todos los demás

¿Hay alguna esperanza para aquellos que se encuentran en medio de la gran tribulación?

Si usted llega a pasar por la gran tribulación, ¿qué debe hacer?

En primer lugar, usted debe entender por qué Dios castigará a Israel durante la gran tribulación.

Dios escogió a Israel para que fuese un ejemplo para todas las demás naciones. Dios planea llevar a Israel al arrepentimiento durante la gran tribulación y el Día del Señor, para que pueda convertirse en una nación modelo—un modelo a seguir por todas las demás naciones—después del regreso de Cristo.

Preste atención a lo que Dios dijo en Éxodo 19:5, 6:

“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.”

En este momento, las naciones modernas de Israel son un ejemplo de desobediencia. Dios castigará a Israel primero, como una advertencia para otras naciones, y para llevarlo al arrepentimiento.

Observe Ezequiel 18:30-32:

“Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis!”

¡Dios no quiere que la gente muera! ¡Quiere que se arrepienta! E Israel se arrepentirá. Esto se predice en Deuteronomio 4:27-31:

Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová. Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.

Durante la gran tribulación, 144.000 israelitas se arrepentirán y serán sellados para protección antes del Día del Señor (Apocalipsis 7:1-8). Además habrá “una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” que también se arrepentirá durante la gran tribulación (Apocalipsis 7:9-14).

Si usted llegara a pasar por la gran tribulación, ¡vuélvase a Dios y búsquelo con todo su corazón!

Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová. (Sofonías 2:3)

Haga lo que haga, no acepte la marca de la bestia. Si ya la ha recibido, reemplácela por la marca de Dios antes de que sea demasiado tarde. En la siguiente lección, le mostraré los pasajes bíblicos que explican exactamente qué es la marca de la bestia y cómo puede asegurarse de evitarla.